El pasado 01 de enero de 2.020 entró en vigor la nueva normativa del Convenio Marpol por el que los buques mercantes quedaban obligados a utilizar combustibles cuyos contenidos en azufre fueran inferiores al 0,5%. Una regulación llamada a generar una revolución en el transporte marítimo de mercancías y personas.

Asistimos a una de las muchas de las controversias que implican el cambio de paradigma en nuestro vínculo con la sostenibilidad del planeta. Contaminación vs Preservación. Una ecuación cuyo equilibrio depende de una nueva perspectiva del coste de los bienes y servicios que disfrutamos.

Esta medida pactada por todos los países y de obligado cumplimiento por las empresas cuya actividad se desarrolla en nuestros mares, se planteó con el objetivo de reducir algunas formas de contaminación del aire con el objetivo de minimizar el alto impacto medioambiental de la actividad humana y de abordar la emergencia climática, lo que implica a un aumento del coste de transporte.

Desde el pasado 1 de enero de 2020, los barcos solo pueden utilizar combustible con un contenido de azufre muy bajo, según las normas impuestas por La Organización Marítima Internacional (OMI) de Naciones Unidas.

Límite de azufre en combustible

El requisito fundamental de la Organización Marítima Internacional es que los combustibles marinos deben cumplir una nueva especificación de azufre a nivel mundial del 0,5%. El límite anterior era de 3,5%.

«El límite supondrá una reducción del 77% en las emisiones totales producidas por los buques, lo que equivale a una reducción anual de aproximadamente de 8,5 millones de toneladas métricas de óxidos de azufre», dice la OMI.

Áreas de control de emisiones

Existe también un límite aún más estricto de 0.10% m / m en las áreas de control de emisiones (ECAS) que han sido establecidas por la OMI. Este límite del 0,10% m / m se aplica en las cuatro ECAS establecidas: la zona del Mar Báltico; la zona del Mar del Norte; el área de América del Norte (que cubre áreas costeras designadas frente a los Estados Unidos y Canadá); y el área del Mar Caribe de los Estados Unidos (alrededor de Puerto Rico y las Islas Vírgenes de los Estados Unidos).

Sin embargo, las situaciones que involucren la seguridad del barco o que salven vidas en el mar, o en caso de algún daño, serían la excepción.

OMI limita la cantidad de azufre en fueloil

Combustibles más limpios

The Guardian explica que las nuevas regulaciones tienen como objetivo limpiar las emisiones de azufre, que pueden causar lluvia ácida y otras formas de contaminación del aire, en lugar de abordar la emergencia climática. Sin embargo, las formas sucias de combustible que contienen altos niveles de azufre generalmente también tienen más carbono, y los costos de limpiar el azufre pueden impulsar a las compañías navieras a ser más eficientes en el uso de combustible, lo que reduciría directamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según Cámara Naviera Internacional, pasar a combustibles más limpios podría aumentar sustancialmente los costos, desde un 400$/tonelada hasta 600$/tonelada. Los costos de envío más altos pueden absorberse a lo largo de las cadenas de suministro de fabricación y transporte.

¿Qué efecto tiene al transporte marítimo?

Hay varias opciones para adaptarse a esa nueva normativa. Los más importantes son:

  • Utilizar un combustible específico que se ajuste a la nueva normativa, es decir, con un máximo de azufre establecido por ley.
  • También hay posibilidad de usar otros combustibles, como el gas natural licuado (GNL) o biofueles que no generen azufre o generen un porcentaje por debajomáximo permitido. Teóricamente, es la opción más económica, pero, en la práctica, el coste de los combustibles depende de la oferta y la demanda.
  • Otra posible opción es usar equipos de depuración de emisiones en cada nave.

Se denomina como scrubbers y sirven para purificar los gases antes de ser emitidos a la atmósfera. Por un lado, ahorras los costes en fuel, pero, por otro lado, requiere una inversión inicial importante para instalar estos equipos de depuración en cada nave.

Los scrubbers hacen que en una nave puede quemar combustible con una concentración de azufre mayor que la permitida, pero a la salida limpiará las emisiones de gases que se emiten a la atmósfera para que se ajusten a la ley.

  • La modificación de los sistemas de suministro de energía de los buques supone una alta inversión derivada de la paralización de su actividad, de su retorno a las atarazanas y de la modificación y adecuación de sus motores a los nuevos combustibles.

¿Las consecuencias de todo esto?

  • Aumento del precio del combustible.
    El precio del combustible ya suponía más de la mitad de los gastos de una naviera. Debido a nueva normativa, los precios se incrementaron aún más al tener que usar los combustibles bajos o libres de azufre.
  • Las tarifas de transporte marítimo. Las navieras han tenido que hacer inversiones importantes para adaptarse a las nuevas medidas, a lo que se ha de sumar el incremento del precio del combustible. Una situación que, según los expertos, ha llegado para quedarse.
  • Variación de las rutas. El ajuste de combustible tendrá consecuencias en el servicio que aporten las navieras durante sus rutas, que deberán adaptarse para optimizar su rentabilidad. Y no podemos olvidar de las áreas ECAS con más restricciones en cuanto a la cantidad de combustible (0,1% m/m).

Además, la normativa IMO 2020 ha llegado en el peor momento posible, cuando el comercio internacional ya sufría una crisis importante debido al coronavirus.

¿Y en qué se traduce esto en las importaciones desde Asia?

Sin lugar a dudas, y como estamos viendo en los últimos meses en una escalada sin precedentes en el coste del transporte marítimo.

Bajo este argumento, los principales grupos propietarios de cerca del 80% del tráfico marítimo, justifican una reducción de cerca del 50% de las líneas marítimas con Asia, lo que está significando un auténtico caos en el flujo de mercancías desde el principal fabricante global acompañado de un incremento de costes que ya superan el 400%.

Una situación que lejos de aliviar la ya grave situación generada por el COVID-19 a nivel global, amenaza con provocar una crisis de abastecimiento general de proporciones desconocidas.

Desde Cecogrup trabajamos cada día interpretando la realidad de las cadenas de suministro para garantizar a nuestros clientes alternativas viables y seguras de aprovisionamiento, por lo que seguiremos informándoos de la evolución de una coyuntura que escapa a la peor de las previsiones.

Si tienes cualquier cuestión a este respecto, no dudes en con contactar con nosotros.